Adversidades en el sector arrocero impactan en el empleo
Indicios de un muy leve aumento en el trabajo zafral en relación al permanente.
Las dificultades que afronta el sector arrocero afectan no solo a los productores, también a sus empleados, y estaría comenzando un muy leve aumento de los trabajadores zafrales en relación a los permanentes. A la vez, se aprecia una suba en la cantidad de hectáreas por trabajador.
Esas conclusiones integran el conjunto de datos y conceptos expuestos en el Informe de empleo en el sector arrocero, elaborado por la economista María Noel Sanguinetti, gerenta general de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA).
En la última semana de junio, la ACA realizó una encuesta a 168 socios de todas las regionales. De acuerdo a las estimaciones, en las 165 mil hectáreas cultivadas en 2016/2017 se emplearon en chacra a 2.960 trabajadores (65,89% permanente y 34,59% zafral). Para esa misma zafra la cantidad de hectáreas cultivadas por empleado fue 56. Y a nivel de la industria se estima un total de 3.600 empleados.
Respecto a las tendencias, "si bien la proporción entre empleados permanentes y zafrales se mantiene, estaría comenzando un muy leve aumento de los trabajadores zafrales en relación a los permanentes. Esto podría agravarse si se considera que en los últimos tres años ha sido importante el número de productores que han hecho uso del seguro de paro y que no disponen de él, por lo que podrían estar buscando alternativas que les permitan bajar costos".
Otro aspecto a destacar "es una suba en la cantidad de hectáreas por trabajador. En la última zafra fueron de 56 hectáreas por trabajador; en 2015/2016 fueron 54; y hace cinco años eran 52 por trabajador".
Si se analiza en relación a la escala, "a medida que aumenta el tamaño de la chacra disminuye la superficie por trabajador".
El análisis de la economista María Noél Sanguinetti, gerente general de ACA, revela que la adversidad puede acentuarse.
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En el análisis, al que accedió El Observador, se estima que cuando el sector llegó a casi 200 mil hectáreas el empleo a nivel del cultivo fue de 3.600 empleados y con 165 mil hectáreas el empleo se redujo a 2.961, algo más que proporcional que la baja de área.
"Es posible afirmar que dado el aumento que existe en otros rubros, y habiendo realizado todos los ajustes posibles racionalmente, el productor se ve obligado a sustituir mano de obra por otro insumo o factor de forma de contrarrestar el efecto ingreso que provoca la suba de los precios que compone el costo", reflexionó Sanguinetti.
Esta situación se tornará más compleja pues para 2017/2018 se estima una caída del área de 10% desde las últimas 165 mil hectáreas.
Si a esa situación se agrega que puede existir una tendencia a que el productor racionalice aún más el uso de mano de obra, o que mucha de la reducción de área se dé asociada a menores escalas, el efecto es aún más importante. A eso se le puede sumar que en las empresas más pequeñas es común que tanto el titular de las mismas como miembros del grupo familiar estén integrados a los trabajos, con lo cual los efectos se acentúan.
Una característica destacada en el sector –uno de los primeros en conformar los Consejos de Salarios– es su alto nivel de formalidad.
La ACA explicó que el sector afronta dificultades importantes en términos de rentabilidad, a pesar de destacarse por los niveles de rendimiento y calidad a nivel mundial, así como por lograr buenos estándares en ventas.
Empleo indirecto
Existen estudios que estiman la creación de ocho puestos de trabajo indirectos por cada puesto de trabajo directo en el sector arrocero. Entre directos e indirectos en Uruguay se pueden estimar entre 25 mil y 30 mil trabajadores. Por lo tanto, la baja en la demanda de trabajo que puede observarse a nivel directo tiene repercusiones mucho más importantes. En la industria existen 3.600 personas empleadas directamente por los molinos y también se le deben sumar empleos indirectos.