Señal del agro menor a la esperada pero presiona al gobierno
Productores evitaron una confrontación directa con el Ejecutivo pero exigieron bajar tarifas, impuestos y gasto público.
Era el día acordado desde que la movida de los productores rurales irrumpió en la agenda informativa. La fila de camionetas por la ruta 5 ya era intensa sobre el mediodía de este martes 23, cuando el sol pegaba con intensidad sobre el asfalto. El tránsito se enlentecía en el ingreso a la Sociedad Rural de Durazno pero siempre avanzaba. A los productores los esperaba una tarde de discursos moderados en la que le pasaron la pelota al gobierno que será ahora el que deba mover las fichas o esperar a que las movilizaciones se diluyan.
Ya en el predio el calor contenía la efervescencia y encontrar sombra se transformó en el primer objetivo de todo aquel que iba llegando. Las familias llegaban con las sillas playeras y las conservadoras para amenizar la espera. La hora estipulada era las 16.00 pero todos sabían que la puntualidad no se iba a hacer presente. "Esto está lleno de gente. Es un mundo", le decía un hombre a otro mientras se saludaban con un abrazo.
Pero más allá de la percepción de los presentes, y de los organizadores -que hablaron de que habían llegado a los 50 mil que manejaron en algún momento de este martes-, según estimaciones de la Policía Nacional de Tránsito había entre 8 mil y 11 mil personas. El cálculo sale del conteo de los vehículos al ingreso y a la salida de la movilización: había 11 camiones, 25 buses, y 2.799 autos.
Más allá de las cifras, esos miles de productores se hicieron sentir. Además de una decena de medidas concretas que pidieron al gobierno, hubo fuertes críticas a todo el sistema político, al que se calificó como ausente, levantando la ovación de la gente. El gobierno, las intendencias y los cargos de confianza fueron los principales objetivos de las críticas de la proclama leída por el periodista Jorge Landi. Y cuando comienza un año electoral, el comunicador pidió propuestas "reales" para el Uruguay productivo y no eslóganes armados por agencias de publicidad.
Los discursos se despegaron de planteos radicales como el de llevar el dólar a 36 y se cuidaron de no cuestionar las políticas sociales. Pero sí pidieron atender la postura del Fondo Monetario Internacional (FMI) que plantea que Uruguay tiene un 14% de atraso cambiario.
Desde la Asociación Rural, su presidente Pablo Zerbino, evaluó como positiva la movilización y dijo que el presidente Tabaré Vázquez debe tomar esto como una señal y actuar. Zerbino dijo a El Observador que se deberá instalar una mesa de trabajo para ver la urgencia de cada uno de los reclamos.
Desde el gobierno la única que respondió fue la vicepresidenta Lucía Topolansky, quien señaló que el gobierno debe ahora "estudiar la proclama y analizar sector por sector", y buscar soluciones específicas para cada uno. "Creo que hay sectores que tienen problemas y los tenemos que estudiar", agregó.
Topolansky dijo a Subrayado que "en el sector agropecuario no se puede meter a todos en una sola olla". "No es lo mismo un productor de mi barrio, que son chacareros que han sufrido los problemas climáticos, a un arrocero. Las medidas que le sirvan al chacarero no le van a servir al arrocero", afirmó.
Las mochilas del sector
A las 16:20, cuando las guitarras comenzaron a sonar, de a poco la gente comenzó a abandonar la sombra en la que se protegía del calor y a arrimarse al escenario. Cuarenta minutos más tarde los organizadores del acto dieron paso a Federico Holzmann, el productor de Paysandú que plantó la semilla inicial de este movimiento que en pocos días se extendió por todo el país. Los discursos, que trataron de ser apolíticos, comenzaron apelando a la razón mientras que el tinte emotivo llegó sobre el final de la mano del comunicador Serrano Abella y del periodista Landi, encargado de leer la proclama.
Tras Holzmann, el que tomó la palabra fue el ingeniero agrónomo, Eduardo Blasina, quien enumeró diez mochilas que "cargan" los productores y despertó la ovación en tres pasajes: cuando se refirió al estado de las rutas y la caminería rural, sobre todo en el norte del país, cuando pidió la rebaja de la tarifa energética y cuando aseguró que esta concentración no era contra el gobierno ya que le pedían que avanzara en los tratados comerciales en los que muchas veces el Frente Amplio tranca los avances del Cancillería.
Los chiflidos y los abucheos llegaron cuando el ingeniero agrónomo habló de impuestos y del gasto del Estado. El cierre estuvo destinado para los prejuicios, los "cajetillas" y las 4×4. "Yo celebro mucho de las leyes de inclusión en las que se avanzó en los últimos años, no se olviden de incluir a los uruguayos rurales", dijo y recibió una ovación.
Las críticas más fuertes al gobierno llegaron de la mano de los comunicadores Walter Serrano Abella y Jorge Landi. "Todo lo que llega a sus mesas, menos el pescado, viene de la tierra. Y la tierra sin el hombre que la trabaja no es nada", dijo cuando las primeras gotas de lluvia caían sobre el público y la efervescencia iba en aumento. La ineficiencia del gasto del Estado, sobre todo de las empresas públicas, fue una de sus críticas más fuertes. "Viva la patria carajo", cerró.